2 de Mayo en el siglo XXI
El 2 de Mayo de 1808 es la fecha en que el pueblo de Madrid se levantó contra la ocupación francesa de España a espaldas de las clases populares. En aquellos años, la aristocracia (por entonces clase dirigente) no opuso resistencia alguna a la dominación de Napoleón, buscando simplemente salvar su pellejo y buena parte de sus privilegios ante el cambio de régimen, que si bien venía acompañada de la declaración de derechos del hombre y del ciudadano, no dejaba de ser en la práctica una ocupación por la fuerza contra los deseos de la mayoría de la población.
Tras el levantamiento, dio comienzo la Guerra de la Independencia y, de forma paralela, se produjo la lucha de dos proyectos liderados por sectores bien distintos que obedecían a intereses contrapuestos: de un lado, el proyecto progresista de una minoritaria intelectualidad ilustrada que llevó a la redacción de la primera constitución española, en las Cortes de Cádiz de 1812; del otro, el proyecto restaurador de los sectores conservadores y antiguas clases dirigentes del Antiguo Régimen, que se reorganizó tras un 2 de Mayo que no promovieron, y que se basaba en el sistema absolutista y el rechazo a la democracia y libertades ciudadanas que había difundido la Revolución Francesa. Finalmente, en aquella ocasión y tras la derrota de Napoleón, fue el proyecto conservador el que resultó vencedor, y nuestro país lo pagó durante más de un siglo de inestabilidad, atraso económico e intelectual, pobreza y desigualdad social que aún hoy arrastramos, al no haberse producido ruptura con aquellas élites aristocráticas desde entonces (con la salvedad de la Segunda República, cuyos avances fueron eliminados durante cuarenta años de atraso y represión franquista).
Pues bien, en la actualidad vivimos una situación que se parece más de lo que desearíamos a aquella que propició el 2 de Mayo: las élites económicas de nuestro país han vendido la soberanía a las potencias extranjeras representadas por la UE (bajo el mandato de la burguesía alemana), el BCE y el FMI, mientras las clases dirigentes españolas obedecen a cambio de los beneficios que les reporta seguir esquilmando a la mayoría social, al pueblo trabajador, de los pueblos de España. Ante esta situación que no ofrece salida digna a una inmensa mayoría popular de nuestro país (ni del resto de la periferia europea), no se puede esperar que quienes nos han dirigido hasta aquí sean quienes lideren los cambios necesarios para recuperar la soberanía popular y rebelarse contra el neoliberalismo económico que lideran potencias como EEUU a nivel internacional y Alemania a nivel europeo. Pero, como se está demostrando en diversos países, la ruptura con el dictado de las políticas neoliberales no será necesariamente una salida rupturista frente a las élites dirigentes, en la que quepamos todas las personas que formamos la mayoría social y clases trabajadoras, sino que, tal y como ocurrió hace dos siglos, la pugna será entre esa salida y una salida profundamente regresiva, conservadora y fascista, dirigida por los poderosos, que tratará de llevarnos al atraso social, económico y cultural de hace ya bastantes años, acabando con innumerables libertades y derechos.
Por todo ello, hoy más que nunca se hace necesario mirar atrás y construir la unidad popular amplia y necesaria para que la ruptura con el régimen actual en crisis se de con un nuevo levantamiento democrático contra las élites y devuelva la soberanía al pueblo de nuestro país, y que sirva para poner las bases de una nueva sociedad que reduzca la desigualdad, la corrupción y la pobreza, así como garantice los derechos humanos y las libertades para las clases populares, en base a la solidaridad entre los pueblos y la construcción colectiva de una sociedad mejor que nos permita una vida digna para todas y todos, sin distinción por género, etnia, procedencia, orientación sexual o clase social. Y para ello tenemos, en la actualidad, una oportunidad que pasa por echar a quienes nos han traído hasta la situación actual y sus colaboradores necesarios en todos estos años, una oportunidad de generar de nuevo el espíritu del 2 de Mayo para, de forma democrática, echar a los gobiernos al servicio de los poderosos que hemos tenido y que representan un PP corrupto y el sistema bipartidista que han permitido todas las políticas regresivas de estos años.
Sergio Manzano Figueroa
Concejal de Ganar Fuenlabrada